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Preparación psicológica para una operación de los ojos

Cada vez que, en la antesala del quirófano, un paciente me dice que tiene mucho miedo a la operación recuerdo la frase que le solía oír a una monjita cuando yo era residente «El que dice que no tiene miedo a la cirugía no es que sea valiente, es que miente».

Al paciente se le vienen a la mente muchas preguntas, pero las más persistentes son: ¿me quedaré ciego?,  ¿el cirujano me lo hará bien?  y ¿conseguiré colaborar o me pondré muy nervioso?.

En la actualidad la cirugía oftalmológica es muy segura y muy rara vez surgen complicaciones que conduzcan a la ceguera, los oftalmólogos están muy preparados porque están superespecializados y los pacientes consiguen tranquilizarse con las palabras del equipo quirúrgico (que les informan, les motivan y les calman)  o con la sedación que le administra el anestesista.

Por tanto el paciente que viene a operarse de los ojos no tiene que venir entregado, sino dispuesto a darlo todo. Este cambio de mentalidad reduce el sufrimiento del paciente y contribuye al éxito de la intervención.

Necesidades especiales del recién operado de cataratas

Para planificar el plan de vida que tenemos a seguir y las ayudas que vamos a necesitar es importante conocer las deficiencias visuales temporales que vamos a sufrir en los primeros días después de operarse de cataratas mediante la técnica más habitual que es la facoemulsificación con implante de lente intraocular.

Las más importantes son las siguientes, que vamos a clasificar según la duración.

  • Durante el primer mes:

-No conducir

-No sumergirse en piscinas ni en el mar

-No practicar deportes de contacto ni de fuerza

-No realizar ejercicios aeróbicos extenuantes o con riesgo de sufrir traumatismos.

-No someterse a otras cirugías programadas ni a tratamientos dentales

-Intentar evitar las vacunaciones, los catarros, ataques de alergia, estreñimiento,…

  • Durante la primera semana, además:

-No tocarse el ojo

-Protegerse de la luz y de los golpes (usar gafas de sol)

-No agacharse ni hacer movimientos bruscos con la cabeza

-No maquillarse ni manipularse en el ojo

-Control estricto de la glucemia y también de la tensión.

-Los primeros días puede tener la visión borrosa, por lo que tiene que tener cuidado con posibles accidentes y/o caídas.

-Su oftalmólogo le comentará qué tiene que hacer para ver de cerca, según la lente intraocular que se le haya implantado («monofocal» o «progresiva»)

 

Si le surge alguna duda o alguna circunstancia nueva, se deberá aplicar la lógica y comportarse con precaución.

Obviamente, éstas son unas ideas básicas compartidas con la mayor parte de los oftalmólogos, pero en caso de duda hay que hacer caso siempre al equipo que le haya operado.

 

 

Mi cirujano es maravilloso

 

Por qué algunas veces escuchamos a los pacientes hablar de su intervención y del buen cirujano que le operó; y otras veces hablan de su enfermedad y del cirujano maravilloso que les trató.

El buen cirujano es el que opera bien y se le quiere por sus habilidades quirúrgicas, el cirujano encantador o maravilloso es aquel que además de operar bien, nos escucha, nos trata con cariño, luce una buena imagen y se gana nuestra confianza. En próximas entradas hablaremos de las características del cirujano ideal.

Por desgracia esto no se enseña ni en la facultad, ni en la residencia, se aprende por interés personal y vocación humanística buscando y rebuscando en Google o en las bases de datos bibliográficas, buceando en YouTube para encontrar manuales de autoayuda o navegando por la red para localizar algún congreso alternativo como el que se va a celebrar en el Hospital Universitario Santa Cristina en que vamos a hablar del talante sanitario y de cómo mejorarlo, los próximos 22 y 23 de febrero y que lleva por título “Protocolo y buenas maneras en el ámbito sanitario”. Su enlace es

http://www.madrid.org/cs/Satellite?cid=1354634289026&language=es&pagename=HospitalSantaCristina%2FPage%2FHCRI_pintarContenidoFinal

Ni que decir tiene que ejerciendo de cirujano maravilloso nos implicamos más con la profesión y con el paciente y, aunque parezca mentira, nos beneficiaremos de que no necesitaremos practicar la medicina defensiva, no sufriremos el burn out y no tendremos nunca la consulta vacía. Y esto es un circuito retroalimentado porque cuanto más maravillosos nos mostremos, más agradecidos estarán los pacientes y nos motivará para que intentemos ser más maravillosos todavía.

La importancia de confiar en nuestro cirujano

 

Si la confianza es fundamental en todos los ámbitos de la vida, lo es mucho más cuando se trata de poner uno de los dones más preciados de nuestro cuerpo en manos de un profesional. Pero no olvidemos que la confianza del oftalmólogo en el paciente también es imprescindible para que todo vaya bien. En efecto; vista, confianza y oftalmólogo forman un trinomio imprescindible.

En próximos blogs veremos, por un lado cuáles son los aspectos del oftalmólogo que suelen inspirar más confianza en el paciente y, por otro, cuáles son los  realmente importantes y debemos tener más en cuenta.

Siguiendo con el tema de hoy, la confianza hace más gratificante el ejercicio profesional para el cirujano y en el paciente tiene los siguientes efectos positivos en la asistencia:

  • Mejora la anamnesis (historia clínica) porque se crea un microambiente más íntimo que le permite hablar de sus dolencias, sus miedos y sus temores.
  • Facilita la exploración porque nos hace posible llevar a cabo exploraciones más completas aunque sean algo más molestas.
  • Garantiza el cumplimiento terapéutico porque esa confianza es la que estimula la inquietud por resolver las dudas y alimenta la esperanza y las ganas de curarse, que son los cimientos de un correcto seguimiento de las órdenes médicas
  • Aumenta la probabilidad de éxito de la intervención quirúrgica porque la relajación y el bienestar psicológico disminuyen la tensión muscular mejorando la manipulación de los tejidos, se controla la tensión arterial con lo que disminuye el sangrado, previene los movimientos repentinos que pueden estropear la intervención y obedece nuestras órdenes para mejor el abordaje a la zona a intervenir con lo que facilita las maniobras y disminuye el traumatismo tisular.
  • Sirve de acicate para poner en práctica las medidas que nos conducen a llevar una vida más saludable y prevenir, si es posible, una recaída de esa enfermedad u otras que pudieran aparecer.

Por todo ello recomendamos que tanto oftalmólogos como pacientes deben trabajar para que la confianza sea el vínculo de motivación en ese objetivo común que es que le la operación salga bien, que el paciente vea y que el proceso le haya causado el mínimo sufrimiento físico y psicológico.

¿Cuándo operar los dos ojos simultáneamente?

Es una pregunta que nos hacemos con mucha frecuencia y que nos gustaría saber antes de ir a ver al oftalmólogo, por si acaso nos pregunta. Eso depende, fundamentalmente, del tipo de intervención, del cirujano y del paciente; por lo que sólo vamos a dar unas líneas generales razonadas.

Cirugía de cataratas

Salvo en el caso en que las cataratas sean bilaterales y haya que operar bajo anestesia general en que se aprovecha la misma anestesia para ambos ojos es mejor operar primero uno y luego el otro.

Para elegir qué ojo operar primero hay diversos criterios:

  • Graduación previa: primero el ojo con más ametropía, es decir el que mayor defecto refractivo tiene (cristal más gordo en las gafas)
  • Intensidad de la catarata: primero la catarata más avanzada
  • Dominancia ocular: primero el ojo no dominante para poder ajustar mejor la lente intraocular del dominante en el segundo tiempo quirúrgico
  • Patologías añadidas: influyen porque puedan empeorar mucho el pronóstico visual.

 

Cirugía refractiva

Generalmente se operan los dos ojos simultáneamente pero si surge alguna duda debe preguntarle directamente al cirujano que le va a operar.

 

Cirugía de pterigion

Los cirujanos que tapan el ojo durante las 24 horas siguientes a la operación, que son la mayoría, operan primero un ojo y luego el otro empezando por el más invasivo.

Los que no lo tapamos ofrecemos al paciente operar los dos ojos simultáneamente, con el fin de reducir el tiempo de baja laboral. También a los pacientes que por causas no están los días requieren una anestesia general se opera simultáneamente de ambos ojos.

 

Cirugia oculoplástica (párpados y vías lagrimales)

Este tipo de cirugía es muy variado por lo que resulta muy difícil establecer otra cosa que no sean meros criterios orientativos.

Si se requiere anestesia general se suele aprovechar para operar los dos ojos simultáneamente

Si se tiene que ocluir (vendar) el ojo después de la intervención, se suele operar primero uno y luego otro

Si se tiene que comparar el resultado intraoperatorio (blefaroptosis bilateral, cirugía estética de bolsas, etcétera) la mayoría de los oftalmólogos suelen hacer los dos ojos en un solo tiempo quirúrgico.

 

Cirugía de retina

No son habituales las patologías bilaterales de retina que requieran intervención quirúrgica en ambos ojos a la vez. Muchas veces el tiempo influye en el pronóstico.

 

En cualquier caso siempre debe comentarse con el oftalmólogo que indica la intervención, dejarse asesorar por él y tomar la decisión siguiendo sus consejos.

Derechos del paciente que va a someterse a una intervención quirúrgica

  1. El paciente tiene derecho a recibir una información suficiente y adecuada para poder comprender su enfermedad, saber cómo va a ser tratada para afrontarla conscientemente y poder tomar decisiones sobre ella.
  2. El paciente tiene derecho a que se le faciliten fuentes de información rigurosas donde pueda conocer a los profesionales que le van a tratar con el fin de reforzar su confianza y darle la tranquilidad de que está en buenas manos
  3. El paciente tiene derecho a conocer al profesional responsable y o de referencia en las principales etapas del proceso quirúrgico
  4. El paciente tiene derecho a que el consentimiento informado no se reduzca a un mero formulismo oficial y a que se le expliquen las ventajas, riesgos, alternativas y dudas de la operación
  5. El paciente tiene derecho a que la intervención quirúrgica no se demore excesivamente y a que se programe en conciliación con la vida laboral familiar y social, informándole de su limitación funcional y del grado de dependencia que va a tener
  6. El paciente tiene derecho a que se le explique y se le aplique la mejor técnica de analgesia y de sedación de acuerdo con la intervención a la que va a ser sometido y a sus características personales
  7. El paciente tiene derecho a que se le indique la mejor y más adecuada técnica quirúrgica, a que se reduzca al máximo la agresión quirúrgica y, si en algún momento el sufrimiento es inevitable, que se le gestione de la mejor manera posible
  8. El paciente tiene derecho a que se ha intervenido con los más altos estándares de seguridad clínica haciendo un mapa exhaustivo de los riesgos sanitarios y diseñando un correcto plan de prevención de riesgos sanitarios
  9. El paciente tiene derecho a recibir una pauta analgésica correcta y a seguir unos cuidados postoperatorios adecuados que garanticen una pronta recuperación funcional
  10. El paciente tiene derecho a una atención humanizada y empática para eliminar el sufrimiento evitable, para mejorar la comunicación, para facilitar el cumplimiento terapéutico, para acortar la recuperación  y para motivarles durante todo el proceso; lo cual también  repercutirá en disminuir la carga emocional si tiene la desgracia de tener que someterse a una nueva intervención quirúrgica.

Preparando la consulta con el oftalmólogo

La consulta debe prepararse con unos días de antelación para pensar las preguntas y recopilar la documentación necesaria. Recuerde que tan importante es la documentación administrativa como la información clínica y, tenga en cuenta que, por desgracia, todavía no hay una base de datos central que incluya los datos y que esté accesible a todos los profesionales.

No venga conduciendo porque, a veces, hay que dilatar la pupila o se realizan maniobras exploratorias que reducen la visión temporalmente.

Como en cualquier consulta médica hay que llegar con tiempo (unos 5 minutos de antelación) y estar preparado para cualquier retraso que pueda surgir.

Si usa gafas de lejos y de cerca debe llevarlas consigo y, además, todos los informes que tenga tanto de oftalmología como de otras especialidades, sobre todo si es una consulta prequirúrgica. También llevará un listado actualizado con todos los medicamentos que esté usando (a ser posible la tabla que facilita el médico de Atención  Primaria.

Le van a preguntar si la disminución de la visión le limita su vida habitual, qué actividades ya no puede realizar y cómo le afecta la alteración estética a su felicidad. Es importante que medite sobre si su agudeza visual es suficiente para conducir y comentárselo al facultativo.

También es muy útil que lleve apuntadas las fechas que tiene ocupadas para programar mejor otra cita o la fecha de la intervención; si tiene que acompañarle un familiar también debe saber su disponibilidad sobre todo para el día de la intervención que tiene que venir acompañado.

Es mejor que no traiga maquillaje en los ojos y que, salvo contraindicación previa, si está usando algún colirio debe continuar su pauta habitual sin hacer ninguna excepción ese día.

¡¡NO OLVIDE LLEVAR CONSIGO EL INFORME ACTUALIZADO DE LAS ALERGIAS E INTOLERANCIAS A MEDICAMENTOS!!